Hemos aprendido algo de todos los proyectos en los que hemos participado. Tanto cuestiones técnicas, para seguir evolucionando profesionalmente, como lecciones personales, siendo las últimas las preponderantes en este juego educativo interactivo.

Desarrollar para algunas administraciones es un arma de doble filo. Por una parte, valoras la proyección pública para tu empresa. Por otra, tienes en cuenta la posibilidad de que cuestiones completamente ajenas al trabajo te cuesten un final a lo Ned Stark.

“La amenaza de Furabolos” llegó a nosotros por pura casualidad, fruto del boca-oreja. Nació como un proyecto low cost para la OMIC y se moldeó a gusto de quienes lo encargaron y validaron. Después llegaron los cambios estructurales, las reuniones tirantes y el fantasma del impago, empañando un resultado que sentaba las bases para una evolución futura mucho más ambiciosa.

Moraleja: la política es muy mala consejera, pero seguiremos intentándolo.